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Psilocibina para depresion

Investigadores de Johns Hopkins Medicine han informado que, en un pequeño estudio de adultos con depresión mayor, la administración de dos dosis del fármaco alucinógeno psilocibina, con psicoterapia de apoyo, produjo grandes y rápidas reducciones de los síntomas depresivos. La mayoría de los participantes presentaron mejoría, y la mitad de quienes participaron en el estudio presentó remisión a través de las cuatro semanas de seguimiento.

La psilocibina, una substancia que se encuentra en los llamados “hongos alucinógenos”, produce alucinaciones visuales y auditivas y alteraciones profundas de la conciencia después de unas cuantas horas de haberse ingerido. En 2016, los investigadores de Johns Hopkins Medicine fueron los primeros en descubrir que el tratamiento con psilocibina conjuntamente con apoyo psicológico reducía la ansiedad existencial y la depresión en las personas con un diagnóstico de cáncer potencialmente mortal.

Actualmente, los resultados del nuevo estudio, publicado el 4 de noviembre en JAMA Psychiatry, insinúan que la psilocibina podría ser eficaz en la población mucho más numerosa de pacientes con depresión mayor de lo que se apreciaba previamente.

“La magnitud del efecto que observamos fue casi cuatro veces mayor de lo que los estudios clínicos han demostrado utilizando los antidepresivos convencionales en el mercado”, señala Alan Davis, Ph.D., docente adjunto de Psiquiatría y Ciencias Conductuales en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Puesto que la mayor parte de los demás tratamientos contra la depresión tardan semanas o meses en funcionar y pueden tener efectos indeseables, esto podría cambiar las reglas del juego, si estos resultados son sustentados por futuros estudios clínicos controlados con placebo que son el método de referencia”.

Los resultados publicados cubren solamente un seguimiento de cuatro semanas a 24 participantes, todos los cuales recibieron dos sesiones de psilocibina, de cinco horas cada una, bajo la dirección de los investigadores.

“Como hay distintos tipos de trastorno depresivo mayor que pueden ocasionar variaciones en cómo la gente responde al tratamiento, me sorprendió que casi todos los participantes en nuestro estudio encontraran eficaz el tratamiento con psilocibina,” comenta Roland Griffiths, Ph.D., docente de la cátedra Oliver Lee McCabe III de Neuropsicofarmacología y Conciencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y director del Centro de Johns Hopkins para Investigación de la Experiencia Psicodélica y la Conciencia (Johns Hopkins Center for Psychedelic and Consciousness Research). Señala que la depresión mayor tratada en el nuevo estudio puede haber sido distinta de la forma de depresión ‘reactiva’ de los pacientes que incluyeron en el estudio clínico sobre el cáncer en 2016. El Dr. Griffiths indica que los funcionarios de salud pública instaron a su equipo a explorar los efectos de la psilocibina en la población más amplia de aquellos con trastorno de depresión mayor debido a la repercusión mucho más grande que podría tener en la salud pública.

Para el nuevo estudio, los científicos reclutaron 24 personas con antecedentes documentados de depresión a largo plazo, la mayor parte de ellos habían padecido síntomas persistentes por aproximadamente dos años antes de inscribirse en el estudio. La edad promedio de los participantes fue de 39 años; 16 eran mujeres y 22 se identificaron como blancos, una persona como asiática y una persona como afroamericana. Los participantes tuvieron que dejar de tomar gradualmente sus antidepresivos antes del estudio, con el apoyo de su médico tratante, a fin de asegurar una exposición inocua a este tratamiento experimental.

Trece participantes recibieron el tratamiento con psilocibina inmediatamente después de ser reclutados y de las sesiones preparatorias, y 11 participantes recibieron la misma preparación y el mismo tratamiento luego de una demora de ocho semanas.

El tratamiento consistía en dos dosis de psilocibina administradas por dos supervisores clínicos que les brindaban orientación y apoyo. Tuvo lugar en el Edificio de Investigación en Biología Conductual de Johns Hopkins Bayview, con dos semanas de separación, entre agosto de 2017 y abril de 2019. Cada sesión de tratamiento duraba aproximadamente cinco horas, y el participante se acostaba en un sofá, con un antifaz puesto y auriculares que tocaban música y con los supervisores presentes.

A todos los participantes se les aplicó la Escala GRID-Hamilton para la Evaluación de la Depresión (un método estándar para evaluar la depresión) al inscribirse, y también después de una y de cuatro semanas después de completar el tratamiento. En dicha escala, un puntaje de 24 o más indica depresión grave, de 17 a 23 depresión moderada, de ocho a 16 depresión leve y de siete o menos ausencia de depresión. Al momento de la inscripción, los participantes tenían un puntaje promedio de 23 en la escala para evaluación de la depresión, pero, después de una semana y después de cuatro semanas de terminar el tratamiento, los participantes tenían un puntaje promedio de ocho en la escala para evaluación de la depresión. Tras el tratamiento, la mayoría de los participantes presentó una considerable reducción de sus síntomas y casi la mitad presentó remisión de la depresión en la cita de seguimiento. Los participantes en la condición demorada no manifestaron reducciones de sus síntomas antes de recibir el tratamiento con psilocibina.

Del grupo de 24 participantes en total, el 67% presentó una reducción de más del 50% en los síntomas de depresión en la cita de seguimiento una semana después y, 71% en el seguimiento cuatro semanas después. En general, a las cuatro semanas después del tratamiento, 54% de los participantes se consideraron en remisión—lo cual significa que ya no reunían los criterios para calificarlos como deprimidos.

Los investigadores sostienen que darán seguimiento a los participantes durante un año después para determinar cuánto tiempo duran los efectos de la terapia con psilocibina.

El Dr. Griffiths, quien comenzó su investigación con la psilocibina a principios de la década del 2000 e inicialmente fue visto con escepticismo y preocupación por algunos, afirma que le complace tener el apoyo de Johns Hopkins y es alentador ver las decenas de negocios nuevos y laboratorios de investigación que han seguido su ejemplo haciendo su propia investigación. Agrega que, actualmente, un gran número de compañías están activamente involucradas en desarrollar formas comercializables de psilocibina y sustancias alucinógenas afines.

Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health), más de 17 millones de personas en los Estados Unidos y 300 millones de personas en el mundo han tenido síntomas de depresión mayor.

"Seamos adultos sobre esto. Estos ya no son 'hongos'. Estas ya no son drogas de fiesta para los jóvenes”, dijo Stamets a CNN. "Los hongos de psilocibina son sustancias no adictivas que cambian la vida".

Pequeños ensayos clínicos que han demostrado que una o dos dosis de psilocibina, administradas en un entorno terapéutico, pueden lograr cambios drásticos y duraderos en personas que padecen un trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento, que generalmente no responde a los antidepresivos tradicionales.

Con base en esta investigación, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) ha descrito a la psilocibina como un medicamento innovador, "lo cual es fenomenal", dijo Stamets.

La psilocibina, que los intestinos convierten en psilocina, una sustancia química con propiedades psicoactivas, también se muestra prometedora para combatir los dolores de cabeza, la ansiedad, la anorexia, el trastorno obsesivo-compulsivo y diversas formas de abuso de sustanciashttps://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25563446/.

"Los datos son sólidos, desde la depresión hasta el trastorno de estrés postraumático y los dolores de cabeza (cluster headaches en inglés), que es una de las afecciones más dolorosas que conozco", señaló el neurólogo Richard Isaacson, director de la Clínica de Prevención del Alzheimer en el Centro para la Salud Cerebral de la Florida Atlantic University.

"Estoy entusiasmado con el futuro de los psicodélicos debido al perfil de seguridad relativamente bueno y porque estos agentes ahora se pueden estudiar en rigurosos ensayos clínicos", dijo Isaacson. "Entonces podemos pasar de informes anecdóticos de 'Me tropecé con esto y me sentí mejor' a 'Prueba esto y serás significativamente mejor estadísticamente'".

Tu cerebro en hongos

Los psicodélicos clásicos como la psilocibina y el LSD ingresan al cerebro a través de los mismos receptores que la serotonina, la hormona del cuerpo para "sentirse bien". La serotonina ayuda a controlar funciones corporales como el sueño, el deseo sexual y estados psicológicos como la satisfacción, la felicidad y el optimismo.

Las personas con depresión o ansiedad a menudo tienen niveles bajos de serotonina, al igual que las personas con trastorno de estrés postraumático, dolores de cabeza en racimos o brotes, anorexia, adicción al tabaco y abuso de sustancias. El tratamiento generalmente implica inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, que aumentan los niveles de serotonina disponibles para las células cerebrales. Sin embargo, pueden pasar semanas hasta que se produzca una mejoría, dicen los expertos, si los medicamentos funcionan.

No obstante, con psicodélicos como la psilocibina y el LSD, los científicos pueden ver cambios en la conectividad de las neuronas cerebrales en el laboratorio "en 30 minutos", indicó el farmacólogo Brian Roth, profesor de psiquiatría y farmacología en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

"Una de las cosas más interesantes que hemos aprendido sobre los psicodélicos clásicos es que tienen un efecto dramático en la forma en que los sistemas cerebrales se sincronizan, o se mueven y se mueven juntos", dijo Matthew Johnson, profesor de psicodélicos y conciencia en Johns Hopkins Medicine.

"Cuando alguien toma psilocibina, vemos un aumento general en la conectividad entre las áreas del cerebro que normalmente no se comunican bien", dijo Johnson. "También ves lo contrario de eso: las redes locales en el cerebro que normalmente interactúan entre sí un poco, de repente se comunican menos".

Crea un "cerebro muy, muy desorganizado", que finalmente rompe los límites normales entre las secciones de la mente auditiva, visual, ejecutiva y del sentido de sí mismo, creando así un estado de "conciencia alterada", explicó David Nutt, director de la Unidad de Neuropsicofarmacología de la División de Ciencias del Cerebro del Imperial College de Londres.

Y es esa desorganización la que, en última instancia, es terapéutica, según Nutt: "Las personas deprimidas son continuamente autocríticas y siguen rumiando, repasando una y otra vez los mismos pensamientos negativos, ansiosos o temerosos”.

"Los psicodélicos interrumpen eso, por lo que la gente de repente puede ver una salida a su depresión durante el viaje", agregó. "Los pensamientos críticos son más fáciles de controlar y el pensamiento es más flexible. Es por eso que la droga es un tratamiento efectivo para la depresión".

El crecimiento de las células cerebrales

Hay más. Los investigadores dicen que las drogas psicodélicas en realidad ayudan a las neuronas en el cerebro a producir nuevas dendritas, que parecen ramas de un árbol, para aumentar la comunicación entre las células.

"Estos medicamentos pueden aumentar el crecimiento neuronal, pueden aumentar esta ramificación de neuronas, pueden aumentar las sinapsis. Eso se llama neuroplasticidad", dijo Nutt.

Eso es diferente de la neurogénesis, que es el desarrollo de nuevas células cerebrales, generalmente a partir de células madre del cuerpo. El crecimiento de las dendritas ayuda a construir y luego solidificar nuevos circuitos en el cerebro, permitiéndonos, por ejemplo, establecer caminos más positivos mientras practicamos la gratitud.

"Ahora, nuestro pensamiento actual es que este crecimiento neuronal probablemente no contribuya a una mayor conectividad en el cerebro, pero es casi seguro que ayuda a las personas que tienen conocimientos sobre su depresión mientras toman psilocibina a mantener esos conocimientos", afirmó Nutt.

“Sacudes el cerebro, ves las cosas de una manera más positiva y luego estableces esos circuitos positivos con la neuroplasticidad”, agregó. "Es un doble golpe".

Curiosamente, los ISRS también aumentan la neuroplasticidad, un hecho que la ciencia sabe desde hace algún tiempo. Pero en un ensayo controlado aleatorio de fase 2 de 2022 que comparó la psilocibina con el escitalopram, un ISRS tradicional, Nutt descubrió que este último no generaba la misma magia.

"El ISRS no aumentó la conectividad cerebral y, de hecho, no mejoró el bienestar tanto como la psilocibina", dijo Nutt. "Ahora, por primera vez, la ciencia del cerebro se alinea con lo que los pacientes dicen después de un viaje: 'Me siento más conectado. Puedo pensar más libremente. Puedo escapar de los pensamientos negativos y no quedarme atrapado en a ellos'".

https://cnnespanol.cnn.com/2022/06/11/psilocibina-el-psicodelico-de-los-hongos-cerebro-depresion-ansiedad-trax/